Nuestra vida cotidiana está invadida por objetos conectados, dispositivos inteligentes y otros artilugios más o menos útiles. Nuestros hogares no son una excepción a este fenómeno universal, y cada vez están más abarrotados de dispositivos que supuestamente los hacen inteligentes. Desde electrodomésticos hasta aparatos de entretenimiento como televisores, estos objetos pueden aportar nuevas e interesantes funciones.